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  • Foto del escritorTregua

Subiendo la cuesta… 2450 metros de aprendizaje.

Este es un escrito de un egresado y miembro del programa de coaching. Su nombre es Rafael Lara y se los comparto: Cuando llegue a la cumbre, prometí solemnemente que no volvería a subir a Monserrate y lo he cumplido por otras cinco veces! Cuando Cesar nos dijo que había que estar a las 6 y 30 AM para subir a Monserrate, en mi mente cruzaron mil ideas, que era terriblemente temprano (soy pésimo para madrugar), que hacía más de 25 años no subía, que era una hartera…que y que  y mas lamentos. Pero luego pensé si me metí en esto es para aprender y lo voy a lograr. No sé cómo, pero el día indicado estaba allí a las 6 y 17 AM,  y como fui el primer nerd en llegar, me acordé que había desayunado un poquito y en prevención me tomé un juguito, pues quien sabe si sentiría hambre por el camino. Luego llegaron los demás y comenzamos, zuas! Me mandé a conquistar el mundo y sus montañas, tengo un paso normalmente grande y pensé que podría alcanzar a alguien que tiene un magnifico estado físico… y cumplir la meta con honores. Pues fue el oso más grande de mi vida… ya a los 500 mts. ya estaba cansado y dañándole el ritmo a ella, que de sobra me superaba. No hubo nada más que hacer sino con humildad pedirle que me dejara y seguir a mi lento paso, poco a poco. Luego encontré mis mejores amigas, que son las vallas que indican cuantos metros has recorrido y tomar cada una como un pequeño triunfo, son nueve en total. No fue fácil, el juguito de la entrada, comenzó a hacer su efecto y me empezó a darme la pálida… a propósito NUNCA me había dado la pálida, porque NUNCA había hecho ejercicio y mi corazón empezaba a salirse de mi camiseta y perdí la respiración. Tuve que parar muchas veces y sorprendentemente aprender a mirar el paisaje tan bello que me rodeaba. Además es humillante ver cómo unos viejitos te pasan corriendo y unos que no tienen cara de ser deportistas, de pronto te dejan en la mitad de la vía. También están los gomosos con unas super pintas y tú con tu simple camiseta y tu jean. Realmente allí se ve de todo y el lunes de fiesta sale a brillar todo nuestro tricolor y folclor patrio. En esas pensé en que cosa me había metido, mis temores afloraron y mis piernas se aflojaron, pero tenía que llegar, y comencé a pensar en mi propio ritmo, en alcanzar la meta, había otros que estaban atrás y cada escalón era uno menos para alcanzar. Cuando alcancé por fin la cima, pensé que nunca más de manera cuerda volvería. Pero a los ocho dias tenía una entrevista y me acordé que Cesar nos dijo que deberíamos hacer deporte para vernos lozanos y volví a subir. Cada experiencia ha sido diferente, cada vez es menos difícil y en cada momento hay alguien amable que te da apoyo… así que próximamente subiré por sexta vez Rafael Lara Mayorga

Junio 21 de 2013

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